Te voy a contar la historia de Jesse Livermore, el rey de las posiciones bajistas. Cómo desde abajo, sin formación, se hizo millonario. Una vida apasionante con un final dramático.
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Jesse Livermore, el rey de las posiciones bajistas
Jesse Livermore está considerado uno de los mejores inversores de todos los tiempos. Bueno, exactamente, para ser justos con la verdad, está considerado como uno de los mejores especuladores. Ya sabes la diferencia:
- Especular: son operaciones de corta duración aprovechando cuestiones muy concretas. Se utiliza básicamente el análisis técnico.
- Invertir: operativa con un horizonte de medio o de largo plazo. Se utiliza básicamente el análisis fundamental.
Por tanto, es importante saber qué es el análisis técnico y el análisis fundamental.
Este hombre se caracterizó toda su vida por invertir con su propio dinero y nunca con dinero ajeno, de esta manera era libre a la hora de tomar sus decisiones y no tenía que dar explicaciones a nadie por nada.
Como buen especulador, no solo invertía a corto plazo sino que se caracterizó por invertir a la baja, es decir, sabía cómo invertir para aprovechar las caídas de los mercados, y se le daba realmente muy bien. De hecho hizo una gran fortuna.
Pero también tenía un problema grave. Se arruinó varias veces en el sentido literal de la palabra. Y esto era debido a que si bien era un trader fantástico, en cambio no sabía mantener el dinero ganado, no tenía paciencia y seguía invirtiendo como si no tuviese nada que perder, como si no hubiese un mañana.
Nació el 26 de julio de 1877 en Massachusetts .Abandonó pronto el colegio y se fue a Boston donde empezó a trabajar como Board Boy, es decir, escribía en una pizarra las actualizaciones de los precios de las acciones, los bonos y las materias primas que iban saliendo en la cinta. Le pagaban 5 dólares semanales. Gracias a ese trabajo empezó a darse cuenta que en cierta manera se podía preveer si los precios subirían o bajarían, viendo ahí una oportunidad interesante de ganar dinero.
Con 15 años, en su tiempo libre de la comida, empezó a acudir a los Bucket Shops o casas de apuestas. El cliente coloca una apuesta en los precios del mercado de valores, pero lo hace sin comprar o vender dicho título bajo un tipo de cambio establecido. El bucket shop apuesta contra el consumidor. No son brokers, ganan dinero con las comisiones y, también, cuando los precios van en contra del cliente
Empezó a ganar algo de dinero, primero fueron 1.000 dólares, un dineral en aquellos años. Se le daba muy bien, y tal fue el caso que incluso le prohibieron entrar, pero él continuó entrando e invirtiendo, eso sí, iba disfrazado. Su jefe le había prohibido que fuese a esos lugares, pero como no le hizo el menor caso. finalmente le descubrió y le despidió.
Con 22 años logró ganar en total 10.000 dólares, toda una fortuna, y decidió cambiar de aires. Se fue a la Gran Manzana, a New York y como no podía ser de otra manera, se dirigió a Wall Street. Tuvo la mala suerte que al poco de asentarse perdió prácticamente todo su dinero, según se comenta por culpa de la cinta del teletipo que no iba en tiempo real.
Se vio obligado a pedir 500 dólares y ganó 2500 dólares, con lo que devolvió el préstamo y se centró a nivel profesional con su capital a invertir en NYSE.
Con 24 años adquiere acciones de la compañía Northern Pacific Railway por valor de 10.000 dólares y los convierte en medio millón de dólares.
Con 29 años se pone bajista (corto) en acciones de Union Pacific Railroad y al día siguiente tuvo lugar el famoso terremoto de San Francisco, hecho que le hizo ganar en soolo un día un cuarto de millón de dólares.
En 1907 logró otro hito. Ganó en un solo día un millón de dólares con la fuerte caída de la Bolsa.
Un año después, se arruinó por segunda vez. Resulta que invirtió en el mercado de algodón por seguir la recomendación de una persona, que a la postre se supo que estaba vendiendo sus acciones. Engañó a Livermore para que comprara fuerte, hiciera subir el precio de las acciones y de esta manera poder vender sus títulos a mayor precio y obtener mucho más dinero. Al final debía 1 millón de dólares y en 1915 se declaró oficialmente en quiebra.
Pero le volvieron a prestar dinero y dos años después taba de nuevo al 100% y en 1929, con el famoso crack del 29, ganó nada más y nada menos que 100 millones de dólares, una auténtica locura y millonada, no solo hoy en día, imagínate en aquella época. Y lo logró, como no podía ser de otra manera, apostando a la baja. Esto le creó muchas enemistades, la gente lo quería matar en sentido literal, de manera que tuvo que contratar varios guardaespaldas.
En 1939, abrió un negocio de consultoría financiera y empezó a vender su sistema de inversión. Un año después sacó a la venta su libro: How to Trade Stocks,
Y llegamos al episodio más dramático de su vida. A la edad de 63 años, con sus facultades mentales deterioradas, fue al guardarropas del hotel donde estaba alojado, se sentó tranquilamente en un sillón y se pegó un tiro en la cabeza, acabando con la vida de toda una leyenda como especulador con posiciones bajistas, una vida en la que de la nada y sin formación alguna, se hizo millonario, perdió todo su dinero en varias ocasiones, se levantó del suelo en vez de lamentarse y llorar, y volvió a ser millonario. Terminó sus días de esta manera tan triste y dejando una herencia de 10.000 dólares.
Pues esta fue la vida de fue Jesse Livermore, el rey de las posiciones bajistas. Una vida que no deja indiferente a nadie.