
Veremos las consecuencias de una guerra de divisas, qué es, por qué surge, cómo se hace, ventajas y antecedentes famosos.
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Qué es una guerra de divisas
Para complementar este artículo y comprender todo el tema, es interesante completarlo con las siguientes cuestiones:
Cuando todo va normal en el mundo, el precio de las divisas se va moviendo atendiendo a la ley de la oferta y la demanda. En función de ello, una divisa se apreciará o se depreciará frente al resto, así de simple.
En cambio, cuando se produce una guerra de divisas es porque un país o varios adoptan una serie de medidas para depreciar su moneda frente a otras.
Ésto se hace básicamente para fortalecer su propia economía e intervienen en el mercado de divisas para de esta manera favorecer las exportaciones, al mismo tiempo que se encarecen las importaciones, con lo que se incentiva a la sociedad para que compre y adquiera aquello que es producido dentro del propio país.
Por tanto, una guerra de divisas (también conocido como devaluación competitiva) consiste en depreciar el valor de la moneda para que valga menos en comparación con el resto de divisas extranjeras, sobre todo frente al dólar, ya que es la moneda de reserva internacional.
Entre las ventajas que tiene una depreciación de la moneda está que abarata las exportaciones en detrimento de las importaciones,y de esta forma se logra estimular las compañías locales y fortalecer el balance comercial. Sobre todo interesa este hecho a aquellos países que son sobre todo exportadores.
Es cierto que siempre ha existido un peligro real de asistir a una guerra de divisas, No hay que remontarse mucho atrás para recordar el caso del Banco de Japón, el Banco de Suiza, el Banco de Inglaterra, Noruega, Corea, etc. De entre estos países, unos lo llevaban haciendo desde el el año 2011, otros no tenían pudor alguno en reconocer públicamente que estaban pensando seriamente en hacerlo, otros no confirmaron nada pero es muy probable que por detrás actuaran.
Cuál es el proceso de una guerra de divisas
Hay que empezar distinguiendo entre 2 tipos de divisas:
* Moneda con tipo de cambio fijo: en este caso para depreciarla bastará con que el Banco del país comunique el cambio de valor de la moneda.
* Moneda con tipo de cambio flexible: la autoridad competente intentará que la oferta sea mayor que la demanda y para ello existen diversas maneras de hacerlo que veremos a continuación:
1) Bajar tipos de interés: se utiliza para controlar una elevada inflación y también porque las variaciones en los tipos tienen una repercusión en la demanda de la propia divisa y en el tipo de cambio frente al resto de monedas. También se logra un incremento del consumo interno, se incentiva la financiación de bienes y servicios en el interior y se reduce el precio de los bonos.
2) Aplicar un programa QE: con este mecanismo de flexibilización cuantitativa, los bancos centrales compran importantes cantidades de activos financieros, generalmente bonos gubernamentales, en un intento de estimular la economía con la inyección de efectivo. En definitiva, se basa en generar dinero y ponerlo en circulación.
3) Intervención en el mercado: un banco central vende grandes cantidades de su divisa a la vez que compra divisas de otros países. Es la manera más sencilla y rápida de devaluar tu propia moneda, el problema es que su utilidad está abocada a un corto periodo de tiempo, ya que requiere de un gasto económico enorme.
4) Mensajes: la autoridad competente lanza el mensaje públicamente de que van a depreciar su moneda. Se busca el efecto llamada y que el resto de inversores también acompañen en la labor vendiendo. Pero cada vez más hoy en día esta medida va perdiendo sentido puesto que los inversores no tienden a creerse todo lo que se dice.
Y claro, todo esto acarrea las consecuencias de una guerra de divisas que no son precisamente favorables para nadie.
Guerras de divisas famosas
Antecedentes ha habido y seguirá habiendo. Veamos algunos:
– Por ejemplo, en octubre del 2014 Japón adoptó serias medidas para depreciar el yen y ello originó que 25 Bancos Centrales rebajasen sus tipos de interés para no perder competitividad. Es más, las depreciaciones de las divisa comunitaria y la divisa nipona frente al billete verde suponían toda una presión para que China también entrase en el juego depreciando el yuan.
– En el 2018 estaba en plena vigencia la guerra comercial entre EE.UU y el gigante asiático. Entonces Trump dijo que iba a aplicar aranceles por valor de 50.000 millones de dólares a los bienes de China aludiendo como excusa el déficit comercial del país. China no se cruzó de brazos y también respondió con medidas terminando todo ello en una guerra de divisas.
– Una elevada inflación y desequilibrios por cuenta corriente provocaron la devaluación de la libra esterlina en 1967. Tras deteriorarse su posición como moneda de reserva desde 1945 en favor del dólar, el desequilibrio entre las reservas internacionales en libras y el oro acumulado en el Banco de Inglaterra para redimir dichas reservas llevó a la primera devaluación desde la Segunda Guerra Mundial. La
libra esterlina se devaluó frente al dólar un -14%.
– En 1971, Nixon, anunció el establecimiento de controles de precios y salarios, para atajar la inflación, un impuesto adicional del 10% sobre las importaciones y el fin de la convertibilidad del dólar en oro. Un mes después las principales divisas internacionales rompieron con la convertibilidad fija y comenzaron a tener un tipo de cambio flotante y a apreciarse respecto al dólar.
– La libra esterlina volvió a ser devaluada (un -10%) en 1972 saltándose los acuerdos de fluctuación del
Smithsonian Agreement. Alemania reaccionó imponiendo controles de capital para
prevenir la apreciación del marco alemán. Y después, Suiza y Canadá se unieron a
Gran Bretaña uniéndose a la libre flotación,
Siempre ha habido reacciones internacionales, de entre las más recientes destacan dos principalmente:
- Mario Draghi (ex presidente del Banco Central Europeo) recordó la existencia de un pacto no escrito para no alterar de manera artificial la evolución de las divisas y no acometer devaluaciones competitivas.
- Taro Aso (ex ministro de finanzas de Japón) insistió en que los países no deben intervenir en los mercados de divisas en base a lo suscrito en el marco del G7 y del G20.
Las consecuencias de una guerra de divisas
Si te estás preguntando si una guerra de divisas es algo peligroso, la respuesta es sí, ya que supone entrar en un ciclo de devaluaciones entre divisas de varios países que terminarían por lastrar la economía mundial. Ten en cuenta que si un país deprecia su divisa para favorecer sus exportaciones está perjudicando a las economías de otros países, y éstos a su vez harán lo mismo, entrando en un bucle de consecuencias peligrosas.
O dicho de otra manera, el valor de una divisa es un arma muy poderosa en economía, puesto que si dicho valor es demasiado elevado origina que las exportaciones del país en cuestión sean menos competitivas, y si es demasiado bajo provoca que las importaciones sean muy costosas y se asista a una elevada inflación.
Además pueden surgir otros «efectos» tales como un nivel excesivo de proteccionismo y aranceles.
Es precisamente por todo esto por lo que en una guerra de divisas, los países «luchan» entre sí para depreciar su propia divisa y así favorecer sus exportaciones e incidir en la inflación.
Bien, hasta aquí lo que te iba a comentar sobre las consecuencias de una guerra de divisas y todo lo que hay que saber relacionado con este fenómeno. Se podría escribir un libro sobre el tema, pero opté mejor por ir al grano y poco a poco.