Aunque usted no sea inversor en materias primas, le interesa saber lo que está sucediendo en el níquel porque ofrece interesantes lecciones.

Soy consciente de que la inmensa mayoría de los inversores en Europa en general y en España en particular básicamente se centran en acciones y cada vez un poquito más en índices y en divisas, todo ello mediante futuros, cfds o incluso con fondos de inversión y con etfs. Es en Estados Unidos y en Latinoamérica donde el sector de las materias primas, como inversión, cobra más relevancia.

Pero es que me gustaría contarle lo que está sucediendo con las materias primasel. Pero no el hecho de que muchas estén subiendo como la espuma a raíz de la invasión militar de Rusia en Ucrania, porque todo esto ya lo sabe todo el mundo y los medios de comunicación un día sí y al otro también nos bombardean con este hecho. No, lo que quiero es contarle otra cosa que está sucediendo

Las cotizaciones de algunas commodities están resultando «especiales», como sería a modo de ejemplo en el caso del petróleo, del gas natural, el trigo y varios metales. Y básicamente esos movimientos «especiales» se están debiendo, entre otras razones, a que compradores y vendedores no confluyen en precios.

Las tremendas lecciones que el níquel está dando a los inversores

En efecto, están sucediendo cosas especiales en el níquel y se pueden extraer lecciones interesantes para todo inversor en los mercados financieros.

Hace unas dos semanas de pronto pegó un tirón al alza tremendo, de hecho en poco más de 24 horas llegó a prácticamente triplicar el precio, ya que el principal productor, Tsingshan Group tuvo problemas para pagar los márgenes de su gran posición bajista en el níquel. Luego vinieron las caídas y la Bolsa de Metales de Londres dijo primero que sólo permitiría una caída máxima del 8% y claro, cayó un 8% y ya no permitió que siguiera cotizando. Luego amplió ese límite máximo permitido de caída a un 12%, abrió el mercado y cayó un 12%, con lo que de nuevo volvió a cerrar. Y es que el precio ahora se encuentra un -64% por debajo del precio récord alcanzado el pasado 8 de marzo y sólo se han podido negociar algunos contratos y no hay compradores al precio límite de 41,945 dólares.

El níquel es un claro ejemplo de cómo un mercado puede pasar de la euforia al hundimiento, en ambos casos en el sentido literal de la palabra, cómo en algo más de 24 horas te sube un +260% y luego empieza a caer un -58%. En el primer caso por lo ya comentado de Tsingshan Group y en el segundo caso porque las sanciones contra Rusia desataron la preocupación por el suministro del metal (recordemos que Rusia representa el 10% del suministro mundial de níquel).

Un mercado el del níquel que enseña muy bien lo que es un short squeeze o estrangulamiento de cortos. Si usted veía o ve la serie Billions creo que en el 4º episodio de la primera temporada trataba ampliamente este tema. Para resumir de manera muy simple y sencilla: consiste en que los inversores que están cortos o bajistas en acciones de una compañía, de pronto ven que por el motivo que sea el precio de cotización empieza a subir con fuerza  claro, están perdiendo dinero, por lo que quieren cerrar su corto. Pero para cerrar un corto hay que recomprar acciones y este hecho a su vez hace que la cotización de las acciones suban con mucha más fuerza. Por tanto, cuando los inversores bajistas intentan cerrar sus operaciones provocan que la demanda de esas acciones sea aún mayor de lo que ya era, impulsando así al precio a una altura aún mayor. Aquí explico en profundidad todo lo que hay que saber sobre short squeeze o estrangulamiento de cortos y ejemplos reales.

Pero en el níquel, además de producirse el estrangulamiento de cortos cuando empezó a volar un +260% en poco más de 24 horas, también se ha producido otro hecho importante: con las fuertes caídas posteriores muchos inversores que antes eran alcistas se encuentran ahora en una larga cola de vendedores (quieren cerrar sus compras) que tienen que aguantar fuertes caídas mientras esperan a los compradores.

¿Y ahora qué? Pues que si impera la lógica, algo que en los mercados no es habitual siempre, podría seguir cayendo por lo siguiente:

– «El libro de pedidos de la bolsa» reflejaba que en la mañana del viernes había más de 10.000 órdenes de venta al precio límite de 36.915 dólares y no sería de extrañar que no encuentre oferta hasta precios más bajo, como por ejemplo en 25.000-27.000 dólares.

– Entraría dentro de la «lógica» también que los inversores se animaran a comprar níquel en la LME por tema de arbitraje (realizar operaciones de compraventa de manera casi simultánea de un activo para sacar provecho de una diferencia de precio) entre el mercado de China y el mercado internacional, básicamente comprarían níquel si el precio cayese por debajo del precio en Shanghái. Y para ello el níquel tendría que caer más, porque el precio del metal para entrega en abril en Shanghái cotiza en 34.522 dólares y si quitamos el impuesto del 13% que se aplica al metal en el gigante asiático estaríamos hablando de unos 30.510 dólares en términos equivalentes a los de la LME. Pero aun peor, es que los contratos para entrega en junio en Shanghái cotizan más bajo todavía, a 30.000 dólares.

¿Qué lección podemos extraer? Cuando un mercado de pronto experimenta una subida inhumana en unas horas o pocos días y máxime cuando el tema macro lo tiene en contra, cuidado, algo pasa y seguramente sea efímero y las posteriores caídas sean también mortales.

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