Qué son los depósitos bancarios

Vamos a ver qué son los depósitos bancarios, los tipos que existen y su fiscalidad, porque aunque es un producto muy común, conviene dominarle.

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Los principales productos de ahorro interesantes son:

Qué son los depósitos bancarios

Los depósitos bancarios  son productos de ahorro en los que el cliente entrega una cantidad de dinero a una entidad bancaria durante un tiempo determinado. Una vez ha pasado ese tiempo, la entidad lo devuelve, junto con la remuneración pactada.

Los depósitos bancarios más comunes son los de interés fijo. Su rentabilidad es fija, siempre la misma y conocida de antemano.

Al ser uno de los activos más seguros, la rentabilidad que ofrecen es más baja que la rentabilidad que ofrece la renta variable y alguna renta fija.

En la Unión Europea los depósitos están garantizados mediante los Fondos de Garantía de Depósitos (FGD) hasta un importe máximo de 100.000€, por cada titular y entidad en la que esté depositado.

Tipos de depósitos bancarios

– Depósito a la vista: el dinero e encuentra siempre disponible y el titular puede sacar una parte o la totalidad del mismo en cualquier momento. Su rentabilidad es simbólica. Este tipo de depósitos están considerados como el bien más líquido del mercado después del dinero en efectivo, ya que se puede hacer efectivo las 24 horas del día en los cajero automático.

Por tanto, permite al cliente disponer del total del dinero o una parte en el momento en que lo necesite y sin ninguna penalización. Por este motivo, los depósitos a la vista son considerados como el producto de ahorro más líquido después del dinero en efectivo.

– Depósito a plazo: el titular entrega un dinero al banco durante un plazo de tiempo determinado y a cambio el banco ofrece una rentabilidad. El dinero tiene limitada su disponibilidad y ese es el motivo por el cual la rentabilidad es mayor que en los depósitos a la vista y cuanto mayor sea el plazo del depósito mayor será la rentabilidad.

El cliente pacta con el banco las condiciones del depósito, el plazo, la liquidación de intereses, el tipo de interés. El dinero normalmente se puede retirar en cualquier momento pero siguiendo las condiciones acordadas con la entidad y se tendrá que pagar una comisión de cancelación anticipada.

Por tanto, estos depósitos fijan un plazo determinado durante el cual nuestro dinero debe estar depositado en la entidad financiera. A cambio, la entidad pagará la rentabilidad que corresponda en función de la cantidad que hayamos aportado y del plazo que hayamos establecido. Un depósito a plazo fijo no implica que no podamos retirar el dinero en caso de ser necesario pero sí implica que tengamos una penalización por cancelación anticipada establecida en el contrato.

Qué es el tipo de interés TIN y TAE

El TIN es la rentabilidad que ofrece el banco por el dinero invertido en un depósito durante un determinado tiempo. Cuanto mayor es la duración del depósito bancario, mayor es el interés ofrecido al cliente.Lo habitual es que el banco ofrezca un tipo de interés mayor al contratar un depósito con un plazo más alto.

El TIN se refiere al porcentaje fijo que se pacta con un banco como concepto de pago a cambio de un dinero prestado. Es el tanto por ciento que el banco “gana” por ceder un dinero concreto. Tiene poca utilidad para el cliente.

La Tasa Anual Equivalente (TAE) es la rentabilidad del depósito e incluye los intereses, gastos y comisiones. Es el interés que un depósito va generando y su cálculo contempla otros conceptos como los gastos y comisiones del producto bancario.

El TAE ayudaa contabilizar el porcentaje de capital invertido que se obtendrá como beneficio cada año. El dinero que sacará de beneficio por tener un dinero en depósito.

Fiscalidad de los depósitos bancarios

Solamente tributan los intereses conseguidos (no el capital aportado). En función de a cuánto asciendan estas ganancias totales, podemos tributar entre el 19% y el 23% (los tramos establecidos en la base imponible del ahorro).

Los intereses no se suman a los rendimientos que consigamos por nuestro trabajo u otra actividad económica, por lo que no afectan a nuestra base imponible general.

Así pues, los Depósitos a plazo tributan en la Declaración de la Renta como rendimientos del capital y deberemos pagar únicamente por los beneficios obtenidos y no sobre el capital aportado inicialmente.

En función de la cantidad, podemos diferenciar tres baremos en la tributación de los depósitos:

  • 19% – Hasta 6.000€
  • 21% – Entre 6.000€ y 50.000€
  • 23% – Más de 50.000€

Pero independientemente del tipo marginal que se tenga que pagar, en el mismo momento de percibir los intereses por el depósito, Hacienda retiene el 19%.

Estas retenciones se realizan automáticamente y cuando el banco pague los intereses estipulados en el contrato, el dinero que se recibe vendrá con un descuento fiscal del 19%.

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